LOCATIVO

No hubo un caso propiamente locativo en loggaordh, si bien podemos comprobar cómo algunas lenguas grises contemporáneas desarrollaron una desinencia para dicho caso. No obstante, la necesidad de una preposición en estas lenguas, motivaron a pensar que el locativo nunca fue un caso independiente en el la lengua gris madre.
En loggaordh el locativo se formuló en ablativo acompañado de preposición, excepto en expresiones verbales de movimiento (vid. infra). Se expresaba la localización, la ubicación, pero no el transcurso de una acción en una posición dada, para lo que el loggaordh empleaba un ablativo puro.
En lugar propio (reservado en el imaginario loggaordh a ciudades o conurbaciones cerradas, y a lugares o edificios con nombre oficial), la elipsis verbal de estar, encontrarse, localizarse, se formaba con la preposición eadh seguido de ablativo, v.g., eadh ekénórań, (estar) en Ekénór.
En el resto de la casuística (territorios, lugares abiertos en general), el ablativo se servía de eadh como postposición, v.g., énórań eadh, (situarse, estar) en Énór.
Con verbos distintos de estos (vivir, habitar, ellywann; esperar, márywann) el locativo se formaba con la preposición we más el nombre en caso ablativo, v.g., we ekénórań yn ellywann, vivir, habitar en Ekénór.

MODAL LOCATIVO O LOCATIVO DE MOVIMIENTO
El locativo modal se utilizaba con verbos de movimiento para expresar el vehículo o plataforma por medio de la que se realizaba dicha acción.
Cuando el vehículo de movimiento era un ser animado, se forma con la preposición we, v.g., we whadhna yn adhnann («viajar a lomos de, sobre un animal»).
Si el vehículo de movimiento no era animado, fuera de género móvil o inmóvil, el modal locativo se formaba con la postposición eadh, v.g., pahdhadh eadh yn adhnann («navegar a bordo de un barco»), frente a pahdhewań yll yn adhnann («ir, navegar en un barco —junto al conjunto de cosas que porta el barco—»), en ablativo.

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